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Mi primer relato

Según algunos, en las antiguas tradiciones de Australia, el hombre está hecho para cantar, esa es su funcion, y por eso tienen las letras...

Pena

La pena nació conmigo, lloró, me acompañó, me hizo fuerte. Luego, según fui creciendo, fué marchándose a ratos, explorando otros lugares, otras personas, pero seguía hablandome al oido. Tuvimos suerte, dinero, risas y vacaciones, nos gustaba lo que veíamos y nos sentíamos seguras. Decidimos separarnos una temporada y contarnos después, y yo fuí feliz. Pero la pena volvió de golpe, contandome todo lo que había acaecido en mi ausencia, recriminandome todos los imposibles actos no representados en las escenas de mi vida, gritandome y chillandome la realidad de nuestras situaciones, bajandome del pedestal de mi pasajera y vacua alegría. Cerré los ojos, un instante, una vida, cuando los abrí la ví de lleno y supe que era mia.

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