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Mi primer relato

Según algunos, en las antiguas tradiciones de Australia, el hombre está hecho para cantar, esa es su funcion, y por eso tienen las letras...

alma

Nuestros cuerpos son solo un lugar de paso, hace tiempo que nos estamos muriendo, ya no hay marcha atrás, nunca la hubo, en realidad siempre lo hemos sabido, siempre hemos estado buscando transformarnos en nuestros sueños, los hemos llamado Dios, Superhombre, Padre y Madre, pero nuestros cuerpos son tan debiles como amapolas, nos criamos de los restos más recientes de la muerte, esa eterna muerte, y somos tan fugaces como el color rojo de sus hojas. A veces me imagino que ese color indica peligro, otras que indica orgullo, de cualquier modo, ese color, el color de nuestra sangre siempre me resultará hermoso, más entre la tangibilidad de nuestra pobreza, algunos dicen que es fatuo, para mí es lo único bello que atisbo en lo que me rodea, me imagino que es nuestra alma … escapandose del mundo que la rodea.

La cacerola

-Nadie se acuerda de ti.
La niña tenía unos 12 años, pero aparentaba unos 16; el color de sus ojos era idéntico al de su pelo, los mismos reflejos caoba, los mismos cobrizos brillantes, su piel oscuramente cetrina adquiría los dorados de su vello a la fuerte luz del sol. Era algo raro verla, tan adultamente serena, tan inocentemente abstraida, cualquier detalle del paisaje había merecido la infinidad de su atención, un árbol, una roca, un pájaro o la inmensidad del amanecer, toda la mañana en retroactivo se mantenía viva en su imaginación, pero había algo en ese objeto que tenía ese no sé qué ,de las cosas prohibidas, de la magia del casi olvido, de las costumbres arcaicas.
-Yo estoy aquí, por fin, he llegado hasta ti. Te miro y recuerdo las cosas que me han contado de este lugar, recuerdo que es la sequía de tanto tiempo la que me ha permitido redescubrirte después de casi un siglo. !Un siglo¡ Un siglo esperando las manos, un siglo el que me ha estado llamando, solemnemente, sin pausa desde que llegué aquí, o así lo quiero imaginar, desde la tienda de campaña podía ya presentirte, quizas algunos digan que son mis deseos los que me hacen darte esta dimensión, pero lo cierto es que esta dimensión existe, aunque solo sea en mi cabeza. Quedas en el límite que ha sido impuesto a mis excursiones, estás al borde del abismo de lo inexcrutable, tu ser ha sido conformado en mi imaginación antes de verte, en esas ruinas, las ruinas de esta ¿casa?, casa de insectos, casa de zarzamoras, casa de las botellas de plástico vacías, casa de hadas, casa de duendes, casa de ruinas de piedras caídas;¿ y yo? ¿Qué hago aquí? Me pregunto cual puede ser nuestro destino una vez nos hemos descubierto. No ha sido fácil deshacerme de las miradas de mi madre, no ha sido fácil meterme hasta la cocina, de esta tu casa. Y la rueda del destino quiso que te viera, que me preguntase por tu vida, hace tanto tiempo reposada. Si tuvieses vida, ¿Qué podrías contarme? Las marcas de los pensamientos de tu dueña grabados a fuerza de arañazos en la superficie de tus cocinas, la complicidad de sus pensamiento solo para ti, de tantas horas de trabajo para el hombre, los hombres, ganaderos por las murallitas de piedras que ahora sobresalen del agua del pantano. Hace un siglo, un poco de pimienta, buena para … que no falte el romero, el tomillo, la sal y el ajo, quizas la cebolla, y para los niños, los pures, las sopas. Toda una vida de trabajo de la que te muestras orgullosamente cómplice a pesar de tanto tiempo. Siento que me has llamado, pero… ¿acaso no sabes que la vida ha cambiado? Yo solo puedo darte la magia de mis sueños, solo puedo usarte para mezclar mi arcilla y los huesos del pollo, o puedo dejarte aquí, mas tapada aun, para que te coja alguien mejor que yo, dentro de otro siglo quìzas, pues lo mas probable es que el año que viene vuelvas a sumergirte en ese olvido, dentro de las aguas del misterio.
-¿que haces yolanda?
- Nada mama, solo encontré una cacerola.
-tienes que hacer los deberes.
La niña adolescente, corre hacía la fría llamada de su madre, hacia el deber, hacía el trabajo, pero un instante más, se dá la vuelta, observa la casa encantada, y un guiño con aquella mujer tan poco ilustrada le hace correr ahora con ganas, Está creciendo.

el desastre

-Hermanos, nos reunimos aquí hoy para dilucidar la conveniencia de rescindir el contrato que nos une, miles de años nos ha costado levantar los muros que nos cobijan, establecer el orden de las competencias, vigilar a los que duermen; Pero hoy sabemos que nos resultaría imposible trasladar a nuestros padres con su mundo virtual a nuestro nuevo planeta. El tiempo se agota, este sol ya no será nuestro nunca más, no será de nadie jamas, su vida a terminado.
El único ser humano no virtualizado presente hizo gala de su autoridad creadora con un susurro casi inaudible:
- Pido la palabra.

El condón

Nadie ha reparado en ti .
Luís se había levantado a tientas, pero el preservativo del suelo le hizo resbalarse un poco.
¡Fíjate! Aquí estás tu, tan solo pensar en el buen rato que pasamos anoche, como te digo, que si no fuese por ti no lo habría hecho, lo que son las cosas, porque la chica era mona, todo hay que decirlo, pero un poco desinhibida también, y eso no es nada bueno, que a partir de ciertas edades hay que andar con más recelo. ¿Quién sabe con cuantos habrá estado? Y lo que es más, ¿Podría alguien decírmelo? Porque es lo que yo pienso, que las chicas de hoy no son como las de antes, todas unas golfas, que si te lo contaré yo, y si no acuérdate de Felipe, que se cogió un herpes el mes pasado. Y es que estas cosas son cada día más peligrosas.
Eso sí, te elegí a ti, con esas arruguitas tan bien puestas y con acción retardante, para que no se diga, que uno tiene lo que hay que tener, pero le gusta satisfacer a las damas. Y creo que no llegué a equivocarme del todo contigo, a pesar de la cara de asombro del gasolinero, que se le va a hacer, ya sabes que me gustan los detalles, como la faldita que llevaba, tan ceñidita y corta, no se merecía algo peor que tu. Aunque eso si, me disgusta que ahora esté metida sola en la bañera, podría haberme invitado a pasar, pero bueno, tu ya sabes que hay que hacerse a todo, antes de comprarte ya te tenía en mente, lo que son las cosas, justo cuando la vi. pasar a aquel garito de música heavi con mi hermano y mi cuñado, yo ya me lo iba diciendo: “Que bonito sería pasar un buen rato con alguien.” Pero ni por esas me imaginé que ese modelo tuyo pudiese ser tan ergonómico, fíjate, yo que tanto he probado y aún no había dado contigo. Lo que me da pena es que sí, que siempre me habéis protegido de las enfermedades, pero cuando miro, como ahora, todos esos pequeñines Luisitos, todos amontonados dentro de ti, sin posibilidad alguna de sobrevivir a los tres días de rigor … casi me dan ganas de sacar a esta pelandusca del cuarto de baño, y volcárselos en la vagina, que digo yo que mis Luisitos también tienen derechos, bien podría haberles tenido más en cuenta esta tía y habérselos tragado, al menos así habrían servido de alimento, pero nada, no hubo manera, y tu lo sabes, incluso chupándola se empeñó en que tu estuvieras presente, hay que ver, esto antes no pasaba, que las mujeres tenían más respeto, y sabían cuando daban con un cualquiera o con un señor, que para algo te compré … Pero ya sabes como son estas cosas, uno se apresura cuando hay un par de … en juego, y esos ojos tan pintaditos de negro, y esas botas con sus taconcitos, y ese escote oscuro, que es lo que te faltaba a ti, que todos sois unos pálidos, o unos pasteleros, donde iba a parar, ¡Negros teníais todos que ser! Como Dios manda, donde fuésemos a parar, ¿tu te imaginas lo que hubiésemos podido disfrutar si en vez de ese color amarillento hubieses sido negro? Pero era mucho pedir. No te equivoques cariño, yo me conformo con esa ergonomía, y lo que la hicimos disfrutar, con tus arruguitas, y con tu acción retardante. Me pregunto que será ahora de ti, fuera de la camarera del hotel, nadie te va a ver, te iras con mis Juanitos directo al vertedero, allí serás incinerado, nadie volverá a saber de ti. Tuviste la juerga de tu vida.