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Mi primer relato

Según algunos, en las antiguas tradiciones de Australia, el hombre está hecho para cantar, esa es su funcion, y por eso tienen las letras...

Cambiar el chip

Año 2040
 Laura soñaba despierta con Alfonso, con su voz calmada, con el tacto de la piel de su mano sobre la suya al tropezarse mientras intentaban coger los libros que se le habían caído a ella en las taquillas del instituto. No podía quitarse de la cabeza sus enormes y profundos ojos marrones. ¡Que mirada más intensa! 
Y entonces, justo entonces la voz de su madre retumbo:

 -¡Luisa ponte cómoda que voy a enchufarte las tres horas de estudio!

 -¡No mamá, no me enchufes aún!

 -Tienes dos minutos para sentarte.

Respondió la madre.
 Luisa, que estaba en el parque, suspiró y buscó un buen asiento. Desde que la habían metido en el programa de estudio forzoso nada era lo mismo.

 -¿Estás ya sentada?-
 preguntó su madre desde su oficina-
 Si mamá, ya estoy sentada.

 La madre apretó el botón y ante los ojos de Luisa empezaron a proyectarse las lecciones del día. No importaba si volteaba la cabeza, los ojos, o siquiera si cerraba los párpados, allí estaba la primera página de la tarde y allí estaría el próximo minuto, para que lo tuviese presente y patente una pequeña alarma sonaba aguda cada poco en sus oídos.
El chip del estudio forzoso, insertado en su cabeza, había cambiado radicalmente su vida, solo le quedaba la esperanza de aprobar y que lo pusiesen en modo suspendido. Iba a ser un trimestre muy largo.

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