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Mi primer relato

Según algunos, en las antiguas tradiciones de Australia, el hombre está hecho para cantar, esa es su funcion, y por eso tienen las letras...

El condón

Nadie ha reparado en ti .
Luís se había levantado a tientas, pero el preservativo del suelo le hizo resbalarse un poco.
¡Fíjate! Aquí estás tu, tan solo pensar en el buen rato que pasamos anoche, como te digo, que si no fuese por ti no lo habría hecho, lo que son las cosas, porque la chica era mona, todo hay que decirlo, pero un poco desinhibida también, y eso no es nada bueno, que a partir de ciertas edades hay que andar con más recelo. ¿Quién sabe con cuantos habrá estado? Y lo que es más, ¿Podría alguien decírmelo? Porque es lo que yo pienso, que las chicas de hoy no son como las de antes, todas unas golfas, que si te lo contaré yo, y si no acuérdate de Felipe, que se cogió un herpes el mes pasado. Y es que estas cosas son cada día más peligrosas.
Eso sí, te elegí a ti, con esas arruguitas tan bien puestas y con acción retardante, para que no se diga, que uno tiene lo que hay que tener, pero le gusta satisfacer a las damas. Y creo que no llegué a equivocarme del todo contigo, a pesar de la cara de asombro del gasolinero, que se le va a hacer, ya sabes que me gustan los detalles, como la faldita que llevaba, tan ceñidita y corta, no se merecía algo peor que tu. Aunque eso si, me disgusta que ahora esté metida sola en la bañera, podría haberme invitado a pasar, pero bueno, tu ya sabes que hay que hacerse a todo, antes de comprarte ya te tenía en mente, lo que son las cosas, justo cuando la vi. pasar a aquel garito de música heavi con mi hermano y mi cuñado, yo ya me lo iba diciendo: “Que bonito sería pasar un buen rato con alguien.” Pero ni por esas me imaginé que ese modelo tuyo pudiese ser tan ergonómico, fíjate, yo que tanto he probado y aún no había dado contigo. Lo que me da pena es que sí, que siempre me habéis protegido de las enfermedades, pero cuando miro, como ahora, todos esos pequeñines Luisitos, todos amontonados dentro de ti, sin posibilidad alguna de sobrevivir a los tres días de rigor … casi me dan ganas de sacar a esta pelandusca del cuarto de baño, y volcárselos en la vagina, que digo yo que mis Luisitos también tienen derechos, bien podría haberles tenido más en cuenta esta tía y habérselos tragado, al menos así habrían servido de alimento, pero nada, no hubo manera, y tu lo sabes, incluso chupándola se empeñó en que tu estuvieras presente, hay que ver, esto antes no pasaba, que las mujeres tenían más respeto, y sabían cuando daban con un cualquiera o con un señor, que para algo te compré … Pero ya sabes como son estas cosas, uno se apresura cuando hay un par de … en juego, y esos ojos tan pintaditos de negro, y esas botas con sus taconcitos, y ese escote oscuro, que es lo que te faltaba a ti, que todos sois unos pálidos, o unos pasteleros, donde iba a parar, ¡Negros teníais todos que ser! Como Dios manda, donde fuésemos a parar, ¿tu te imaginas lo que hubiésemos podido disfrutar si en vez de ese color amarillento hubieses sido negro? Pero era mucho pedir. No te equivoques cariño, yo me conformo con esa ergonomía, y lo que la hicimos disfrutar, con tus arruguitas, y con tu acción retardante. Me pregunto que será ahora de ti, fuera de la camarera del hotel, nadie te va a ver, te iras con mis Juanitos directo al vertedero, allí serás incinerado, nadie volverá a saber de ti. Tuviste la juerga de tu vida.

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